Hoy era sábado y por raro que pareciese me deprimía, quería volver a ver a ese chico, Liam, y conocerlo un poco más.
Tenía que hacer un trabajo
para Naturales y me puse con él, continuamente me distraía y me ponía a
pensar en Liam, no sé por qué; al final
acabé garabateando su nombre en una hoja. Puse música para ver si me distraía y
podía seguir con el trabajo pero nada.
Sin darme cuenta me pasé toda la mañana intentando no pensar
en él pero sin resultados porque enseguida me llamó mi madre para comer. No hablé nada en la comida estaba
ocupada intentando pensar en otras cosas pero pensando en él, ¿nunca se iba a
ir de mi cabeza?
Al acabar de comer subí a mi habitación y volví con el
trabajo hice un poco pero volvió a entrar en mi cabeza, sonó el teléfono, era
un mensaje de María, mi vecina, cuando volví a relacionarme con la gente empecé
a quedar con ella porque los fines de semana me aburría mucho y ahora nos
llevamos bastante bien, es alta con el
pelo marrón muy oscuro y rizo, tiene
unos ojos marrón miel preciosos, siempre está sonriendo y es muy alegre; el
mensaje decía:
Había
quedado con una amiga para ir al cine pero me acaba de decir que no puede
ir, quieres venir? Ya tengo compradas
las entradas.
Así me lo podía quitar de la mente un poco y le dije que sí.
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Habíamos quedado a las cinco pero llegué cinco minutos antes
porque me estaba desesperando en casa, ella llegó justo en punto, fuimos a
comprar palomitas y unos refrescos y nos dirigimos al cine, estaba a punto de
empezar, unos segundos después de
sentarnos empezó la peli. Íbamos a ver El lado bueno de las cosas, estaba bastante bien pero no me distraía. Al acabar la peli María no dejaba
de hablar de lo bien que estaba, que fuera una pena que Alicia (la amiga con la
que iba a venir) no la hubiera visto, no le estaba atendiendo mucho y creo que
se dio cuenta y me dijo:
-Que pasa, ¿no te
gustó?
-No, estuvo muy
bien pero no sé tengo la mente en otra parte
-Y en dónde, dime
¿en qué piensas?
-¿La verdad? En
Liam
-¿En Liam?
-Sí, es un chico
que conocí en el bus
-Oh, y te gusta verdad.
-¡No!
-Entonces por qué
piensas en él.
-No lo sé no se me
quita de la cabeza- seguimos caminando hasta unos bancos que había cerca y nos
sentamos.
-Umm, interesante-
dijo mientras se pasaba la mano derecha por la barbilla y cruzaba las piernas,
estaba muy graciosa y nos reímos las dos.
Anduvimos un poco
por ahí y luego nos fuimos a casa.
El resto del fin de
semana fue tranquilo, pero no dejaba de repetir en la mente nuestra última
conversación ¿por qué? Otra vez, no lo sé, y por supuesto él tampoco salía de
mi mente.
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